Gliomas cerebrales

Los gliomas cerebrales son un tipo de tumor cerebral que se origina en las células gliales del cerebro. Estas células son responsables de mantener el cerebro funcionando adecuadamente al proporcionar soporte y nutrición a las células nerviosas.

 

Existen varios tipos de gliomas cerebrales, que se clasifican en función del tipo de célula glial que los origina y su grado de malignidad. Los gliomas de bajo grado, como los astrocitomas y los oligodendrogliomas, son menos agresivos y tienden a crecer lentamente, mientras que los gliomas de alto grado, como los glioblastomas, son más agresivos y se propagan más rápidamente.

Los síntomas de los gliomas cerebrales pueden variar dependiendo de la ubicación del tumor y la presión que ejerce sobre el tejido cerebral circundante. Los síntomas pueden incluir dolores de cabeza persistentes, convulsiones, problemas de visión, debilidad muscular, problemas de habla y cambios en el comportamiento.

El diagnóstico de los gliomas cerebrales se basa en pruebas de imagen, como la resonancia magnética, y en una biopsia del tumor para determinar su tipo y grado. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia, y se adapta a las características individuales del tumor y a la salud general del paciente.

El pronóstico de los gliomas cerebrales depende del tipo y grado del tumor, así como de la edad y la salud general del paciente. Los gliomas de bajo grado tienen un mejor pronóstico que los gliomas de alto grado, pero pueden volver a aparecer después del tratamiento. Los gliomas de alto grado son más difíciles de tratar y tienen una tasa de supervivencia más baja.

La cirugía con pacientes despiertos, también conocida como cirugía con mapeo cerebral intraoperatorio, se utiliza a menudo para extirpar gliomas cerebrales que se encuentran cerca de áreas funcionales importantes del cerebro, como las que controlan el habla, la memoria o la movilidad.

Durante la cirugía, se administra anestesia local para adormecer el área de la cabeza, pero se mantiene al paciente despierto para que pueda realizar pruebas específicas de función cerebral mientras el cirujano extirpa el tumor. Esto permite al cirujano evitar dañar áreas críticas del cerebro y asegurarse de que el paciente conserve la capacidad de hablar, moverse y pensar con normalidad después de la cirugía.

Antes de la cirugía, se realiza un mapa del cerebro del paciente para identificar las áreas funcionales que deben ser preservadas durante la cirugía. Durante la cirugía, se utiliza una corriente eléctrica suave para estimular el cerebro y verificar que se está respetando el tejido cerebral funcional. Si el paciente experimenta un cambio en la función cerebral, el cirujano puede ajustar su enfoque para evitar dañar áreas importantes del cerebro.

La cirugía con pacientes despiertos para gliomas cerebrales puede ser beneficiosa en términos de preservar la función cerebral y mejorar la calidad de vida del paciente después de la cirugía. Sin embargo, no todos los pacientes son candidatos para este tipo de cirugía, y se requiere una evaluación exhaustiva del equipo médico antes de decidir si es la mejor opción para el paciente.

Es importante señalar que la cirugía con pacientes despiertos es un procedimiento complejo y debe ser realizada por un equipo de profesionales altamente capacitados, incluyendo neurocirujanos, anestesiólogos, neurofisiólogos y terapistas del lenguaje.