Nuevos avances en el tratamiento de las hernias discales cervicales

El dolor cervical es una causa muy común de consulta entre los pacientes y se ha reportado que hasta el 66% de las personas lo sufren en algún momento de su vida.

Cada año, cientos de pacientes acuden al consultorio buscando solución a su dolor cervical. Los síntomas asociados que se presentan más comúnmente son:

  • dolor en los hombros, brazos, antebrazos y manos,

  • dolor en los omóplatos,

  • menor sensibilidad u hormigueos en manos y brazos,

  • disminución de la fuerza en los mismos.

  • en los casos más severos, los pacientes pueden presentar alteraciones en la marcha o trastornos esfinterianos.

En la gran mayoría de los casos, el dolor está asociado al normal envejecimiento que sufren los discos y articulaciones de la columna cervical humana, situación que conocemos como espondilosis cervical. Otras causas comunes en la actualidad son las malas posturas, especialmente en aquellas personas que pasan más de ocho horas diarias frente a una computadora. La falta de ejercitación física, el stress y los traumatismos también juegan un rol importante.

Ante este cuadro, es imprescindible la consulta a un especialista en cirugía espinal, sobre todo para descartar causas potencialmente graves, las cuales son afortunadamente infrecuentes. En más del 90% de los casos, el tratamiento con antiinflamatorios y kinesioterapia permite al paciente solucionar el cuadro, o bien llevar sus síntomas a un nivel tolerable, compatible con una buena calidad de vida. Sin embargo, y a pesar de este tratamiento inicial, hay un grupo importante de pacientes que persisten con síntomas, los cuales pueden afectar notablemente las actividades de la vida diaria. Es en estos casos cuando se plantea la posibilidad de cirugía.

El tratamiento quirúrgico de las hernias discales cervicales se viene haciendo con éxito en todo el mundo desde la década del ´60. Es importante remarcar que la gran mayoría de los casos no necesitan ser operados, reservándose la indicación de cirugía para cuando ha fracasado el tratamiento conservador, el paciente presenta un déficit neurológico creciente o la hernia compromete la médula espinal en forma progresiva, lo que clínicamente llamamos mielopatía.

Ante esta situación, muchos pacientes me confiesan el gran temor que les produce la idea de ser sometidos a estos procedimientos, en especial a la más temible de todas las complicaciones: la lesión medular. Desafortunadamente, la mala información, sumada a los mitos en torno a la cirugía de columna, le impiden al paciente tomar la decisión con claridad, y muchos llegan a aceptar el dolor como parte de sus vidas. Si bien ninguna cirugía está exenta de riesgos, los avances tecnológicos ocurridos en los últimos años nos han permitido minimizar los riesgos en forma exponencial.

Nuevo método

Es así que hoy en día podemos monitorizar la función de la médula en tiempo real, a través de electrodos implantados en el cráneo, brazos y piernas. Estos electrodos se conectan a una computadora, la cual envía señales eléctricas que recorren la medula del paciente en ambos sentidos, durante todo el procedimiento quirúrgico; esto le brinda al cirujano información en tiempo real acerca de la función de la misma.

Finalmente, es importante que el paciente se informe adecuadamente antes de decidir que tratamiento es el más adecuado para su condición. En este sentido recomendamos que el enfermo se asegure la adecuada formación del cirujano tratante en cirugía de columna, ya que no todos los neurocirujanos o traumatólogos tienen una formación adecuada para tratar estas patologías.