La cirugía de tumores cerebrales en pacientes despiertos es una técnica que disminuye la probabilidad de secuelas.

Se realiza en el Hospital privado de Rosario con excelentes resultados. Muchos espectadores podrían pensar que la cirugía que vieron en algún capítulo de la serie Grey’s Anatomy es solo un delirio del guionista, que es imposible realizar una cirugía cerebral con el paciente despierto. Pero no. Lejos de ser producto de la ciencia ficción, esta es una cirugía que se realiza desde hace años en EE.UU y Europa, y también en nuestro Hospital Privado de Rosario, gracias al trabajo en conjunto de todo un equipo, coordinado por los neurocirujanos Ignacio J. Barrenechea y Héctor Rojas, quienes aclaran que “la cirugía cerebral con paciente despierto permite un mayor grado de seguridad durante la resección de ciertas lesiones del sistema nervioso y es una técnica intraoperatoria que permite identificar (y en mucho casos preservar) el “cableado interno” del cerebro”. La resección agresiva es más sencilla cuando no compromete estas zonas “esenciales”, denominadas “elocuentes”, pero a menudo el tumor o lesión vascular involucra las áreas motoras, sensitivas o del lenguaje, o las vías descendentes, ese cableado interno del cerebro, en su paso por las zonas más profundas. La resección aún dentro del tejido anormal puede aumentar el déficit neurológico, llegando a ser permanente y por ende empeorar el pronóstico y calidad de vida del paciente”.

¿Qué patologías se pueden operar por esta técnica?

No todos los tumores cerebrales requieren de un paciente despierto durante el procedimiento quirúrgico. Sin embargo, ciertos tumores cerebrales malignos primarios y metastásicos, cavernomas y malformaciones arteriovenosas cerebrales cerca de áreas elocuentes, pueden ser operadas con estas técnicas.

¿De qué pruebas diagnósticas y tratamientos disponemos?

En el Hospital Privado de Rosario disponemos de tecnología de punta en el diagnóstico preoperatorio de las lesiones cerebrales. Mediante modernas técnicas de resonancia, podemos analizar la relación de la lesión a tratar con áreas cerebrales de gran importancia para conservar la función motora o el lenguaje del paciente (foto Resonancia Magnética). El paciente es además estudiado antes del procedimiento quirúrgico por nuestro equipo de neurólogos, terapistas del lenguaje y psicólogos. Contamos además con un equipo de anestesistas altamente entrenados para efectuar la cirugía con el paciente despierto.

¿Cómo se realiza esta técnica?

Estas intervenciones se desarrollan en fases muy diferenciadas. En primer lugar, se realiza una sedación y se anestesia el cuero cabelludo del paciente. Es en esta etapa durante la cual se accede al cerebro a través de la extracción de una ventana en el cráneo. Una vez que ya tenemos acceso al cerebro, se mapea toda el área expuesta con un estimulador cortical para buscar las áreas importantes que deben ser conservadas. Es en este momento cuando se procede a despertar al paciente, que permanece en vigilia mientras se realizan ciertas pruebas. De esta manera, durante todo el proceso, un terapista del lenguaje realiza preguntas secuenciales al paciente para valorar su capacidad de habla, comprobando que la manipulación no afecta a esta facultad. Una vez que nos aseguramos una vía de entrada “segura”, procedemos a resecar el tumor con el paciente nuevamente en sedación. En ciertos casos volvemos a despertar el paciente para buscar ciertas estructuras profundas que hay que preservar.

¿Cuántos profesionales se requieren para realizar esta técnica?

En el Hospital Privado de Rosario contamos con un grupo multidisciplinario de estudio, diagnóstico y tratamiento que tiene por objetivo minimizar el daño neurológico y psicológico de estas cirugías (foto grupal). Nuestro equipo consta de neurocirujanos (Ignacio Barrenechea), neuróloga cognitiva (Cecilia Molaro), fonoaudióloga (Silvina Peralta), neuroanestesiólogo (Marco Nicola), instrumentadoras especializadas (Yamila Graziottin y Noelia Monserrat), neurólogos especialistas en monitoreo intraoperatorio (Robin Ingledew), psicóloga (Romina Tion), neuropatólogos (María Fernanda Ruiz y Germán Pérez), neuroimagenólogos (Jorge Nagel y Sabrina Miralles) y hasta un licenciado en física (Andrés Bruna). Realmente todo un “ejercito” de profesionales que trabajan en conjunto para minimizar secuelas neurológicas.

¿Estas técnicas requieren algún entrenamiento especial por parte del neurocirujano?

La forma de encarar el tratamiento de los tumores cerebrales ha variado sustancialmente desde que empecé la residencia en el Hospital Argerich, hace más de 20 años. Si bien el procedimiento de resección del tumor es similar a la técnica convencional, es primordial que el cirujano tenga un mayor conocimiento de la anatomía de las conexiones cerebrales. Es por eso que desde hace algunos años estamos dictando cursos de disección de fibras blancas en cerebros congelados en la Universidad Nacional de Rosario. Esta técnica de disección, llamada técnica de Klinger, permite al estudiante tener una visión tridimensional de la compleja estructura interna del cerebro, lo cual es de una ayuda inestimable a la hora de operar tumores profundos.